Lluvia...

Los días de lluvia tienen esa melancolía... para algunos!!! Para mi, no!!!

Hoy a la mañana me levanté me puse la ropa casual day (jean y pullover tejido en casa por las manos de mi bella madre) encima de la que tenía para dormir porque sabía que me iba a congelar... arriba del pullover una camperita polar y arriba un camperón... a los que no lo sabían SOY FRIOLENTA. Luego me puse una bufanda tejida por mi de un color rojo furioso y salí, paraguas en mano, a enfrentarme con la lluvia.

SIIIII!!! Lluviaaaa!!! Vos no me vas a ganar!!!!! Voy a hacer mi vida como todos los días!!! Ah... pero cómo que viniste con un amigo????... y acá se complicó... no tanto el viaje en bondi porque me dormí todo (como es mi costumbre), no, no... cuando bajé... CUANDO BAJÉ... un viento.... UN VENTOLÍN...

Claro y, como es amigo de la lluvia, entre los dos me querían volar el paraguas a la mierda y empaparme... pero yo me aferré con mis manitas congeladas a mi fiel paraguas... Ahora lo raro era que el viento venía de todos lados. Había otra gente luchando contra él y apuntaban el adminículo anti-lluvia para un lado completamente distinto al mío a sólo metros de distancia...

Ahora llegué al trabajo y desensillé... y estoy más tranquila... porque falta un poco más de 8 horas para volver a encontrarlos... pero que quede claro... cero nostalgia... eso te da los domingos y hasta cuando hay sol... la Lluvia se interpone entre mi rutina y yo y eso nos hace rivales y me gusta tenerla así, me gusta el picante que le agrega...

Alguna vez, adolescente, cuando llovía salí al balcón y dejé que me ganara, me ofrecí a su causa y me dejé empapar y me encantó verla triunfante sin oponer resistencia... para que lo sepan, soy una excelente perdedora... sino pregúntenle a la lluvia.