lunes, enero 26, 2009

martes, enero 06, 2009

Podría decir... pero no!

Sí, ya es obvio que es un nuevo año etc etc... listo!

Quiero contarles dos episodios que viví el día de ayer... que hablan de la grasa de la Capital y que, en definitiva, no la aguanto más!!!!

Subte línea A: 17.50... suelo tomarme el que va primero a Plaza de Mayo y luego hacia la nueva estación Carabobo para viajar sentada... sí, no me gusta viajar atunada... Bueno, ayer era mi primera visita con la obstetra... tenía el tiempo justo para bajarme en Carabobo, caminar 4 cuadras y llegar al turno.

A las 18 en Plaza de Mayo: "Metrovías informa que la línea A se encuentra interrumpida. Disculpe las molestias ocasionadas" ¿¿¿¿¿Quééééééééé????? Bue, 10 minutos después informaron que el servicio estaría reducido entre Plaza de Mayo-Primera Junta... pero yo tenía que ir hasta Carabobo, o sea... desesperante... el calor, las nauseas, la p...

Dos estaciones más adelante, la gente se agolpaba para entrar, se echaban la culpa unos a otros de que no se corrían, dejando de lado que si viajamos como ganado, es porque lo permitimos... y a llorar a Metrovías, al ministerio de Transporte, a Jaime, pero no entre nosotros... y se insultaban... y alguno decía "¡Qué país!" (lo más acertado para decir... según mi opinión)...

Bueno, bajé en Primera Junta pasados los 5 minutos del turno, mientras mi novio le explicaba a la obstetra mi complicación para llegar. Ella una divina, lo entendió y me conservó el turno para cuando llegase... me tomé un taxi y llegué... tarde pero llegué...

Al salir, mi novio: ¿vamos en taxi?
yo: no, vamos en colectivo... uy mirá ahí hay un taxi vacío... Sr. va libre? (sí, soy bipolar)
Taxista: sí...

Y lo que sigue a continuación... no lo podía creer... a las 2 cuadras viene un tachero y dice que le robó los pasajeros y lo empieza a putear y a decir que todos están laburando y que todos tienen hambre, lo encierra y no lo deja pasar, se baja y lo sigue puteando y nosotros, con mi novio, viendo anonadados la escena... no pude más que largarme a llorar... trataba de disimular pero se me caían las lágrimas.

Primero, me sentí la recompensa entre dos lobos... un corderito esperando a ser devorado y viendo una lucha sin sentido... y segundo, lloraba de pensar que hay que traer un hijo a este mundo, con esta gente, con esas formas, con tanto odio...

No, no soy la madre Teresa de Calcuta... pero que en un lapsus de 2 horas haya visto tan malos ejemplos de humanidad, me aterró... me hizo sentir mal... pero sé que hay gente buena y que vale la pena en este terreno lleno de oscuridad... lo sé... y eso me hace seguir adelante, siempre.